
Se lo mida en pesos, en dólares o en poder adquisitivo, el salario fue el gran perdedor de 2018. Lo peor es que tampoco, en la tradicional Encuesta de Remuneraciones realizada por PwC Argentina, las 170 organizaciones y 278 puestos tabulados que participaron le asignan perspectivas alentadoras.
Después de la devaluación, el sueldo mínimo en dólares retrocedió 66% respecto del año anterior. Cuando la paridad quedó en $39, de los 437 que estaba previamente cayó a 263, situándose por debajo de Chile y Uruguay, de acuerdo con los datos de la Universidad Nacional de Avellaneda.
En la moneda nacional, la inflación le quitó 20 puntos a los ajustes generales de entre el 27 y 28% promedio que surgen de la compulsa de PwC Argentina.
Y si se toma como poder adquisitivo el peso de las tarifas de los servicios públicos en una remuneración mínima, del 16,4% que ocupaba en 2017 saltó al 23,5% en 2018.
Desde inicios de 2016, los incrementos acumulados promedian el 3.624% en energía eléctrica, 2.401% en gas natural, y 1.025% en agua potable de red. En transporte fueron del 1.118% en peajes, 601% en el boleto del tren, 494% en colectivos de corta distancia y un 322% en subtes, para el acumulado trianual.
Por el costado que se lo vea, el salario ha sido la variable de ¿ajuste o desajuste? de la maltrecha economía.
Entre los comicios de medio término de octubre de 2017 y el final de la 2da corrida cambiaria de magnitud, los sueldos aumentaron 25% contra más del 40% del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Las provincias aprovecharon este período de transición poselectoral para hincar el diente en la plantilla de sueldos y retribuciones, que se come en promedio la mitad de las erogaciones.
Este retraso permitió a las gobernaciones mejorar los números y disminuir el impacto del gasto público en el PBI, según el estudio realizado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF): en 2017 el gasto en personal del total de las provincias para el 3er trimestre representó el 5,82% del PBI, mientras que para el año pasado se redujo al 5,32%.
De esta manera, la caída sobre el peso del gasto fue del 0,52% en apenas 12 meses, puntualiza el IARAF, y en términos reales el poder de compra de la masa salarial del conjunto de provincias se redujo un 6% anual entre ambos años.
Con los trabajadores de rehenes por el ajuste sobre sus ingresos que determinaron tanto el proceso recesivo cuanto el miedo a la desocupación o al subempleo, las negociaciones de paritarias “estarán marcadas por pedidos de cláusulas de revisión y dependerán del panorama económico de los próximos meses”, opina la gerenta de People & Change de PwC Argentina, Mariela Rendón, en función de lo informado por las empresas participantes en la encuesta, donde estiman para este año incrementos que rondarían entre 26% y 29% promedio.
“La recuperación del poder adquisitivo no será fácil ni rápida, pero desde Recursos Humanos se seguirá trabajando en propuestas que traten de responder y acompañar a las necesidades del personal y así mantenerse competitivos, en la medida de lo posible, atendiendo los cambios que se puedan presentar en este periodo lleno de desafíos”, señaló la ejecutiva.
La base de cálculo salarial en el cierre de 2018 se alteró con el bono compensatorio de los $5.000 que entregaron las principales empresas a su personal y con un porcentaje adicional a manera de adelanto de los incrementos del 2019 entre noviembre y diciembre otorgado en algunos casos, pero de todos modos, la mayoría de los salarios quedaron por debajo de la inflación, de acuerdo con el relevamiento.
De todos modos, “la brecha negativa no se podrá recuperar en el corto plazo. Un año que empieza con anuncios de incrementos en servicios básicos, la inflación que aún no cede y un mercado interno afectado por el contexto económico, nos prepara para un escenario poco optimista”, sintetizó la vocera de PwC de la muestra.
El reporte señala que “2018 fue un año marcado por los cambios y reajustes presupuestarios a nivel de compensaciones y beneficios, en donde el 20% de incremento promedio para todo el año que se había estimado en el 1er trimestre, se tuvo que modificar gradualmente en función a los acontecimientos económicos de público conocimiento”.
Y que, a pesar de esto, solo el 64% de las empresas realiza 2 ajustes al año en sus remuneraciones mientras que un 11% realiza 1 ajuste al año.
Subraya el informe que hubo organizaciones que, a pesar de los presupuestos acotados, trataron de compensar los desfasajes a través de varias iniciativas, ya sean éstas con impacto monetario (incorporación o mejoras en reintegros de gastos, adelanto de bono) o con foco en mejorar el balance vida-trabajo.
Para el año que se inicia, ese ejercicio de combinar la recompensa económica con beneficios en las condiciones redundará, conforme consignaron los encuestados, en el abordaje de grandes desafíos en materia de Recursos Humanos, canalizados en la gestión de compensaciones y beneficios, retención de talentos, alineación de RRHH a los objetivos de la empresa, relaciones laborales y solapamiento salarial.
En consecuencia, la conformidad del empleado, su contracción al trabajo y la mutua conservación del puesto y del talento tendrán más relevancia en la ponderación de las relaciones laborales que la estadística salarial en sí, de la que no cabe esperar alegrías.
Conservar talentos y puestos
Tampoco en materia de contrataciones es para hacerse ilusión alguna. La Encuesta de Expectativas de Empleo (ENE) de ManpowerGroup aguarda un -4% de retroceso para los primeros 3 meses de 2019, el valor más bajo en los 12 años de investigación.
Las intenciones más débiles se registran en el sector de la Construcción, con una ENE de -11%, seguido por Transporte & Servicios Públicos con -10%, y el sector Manufacturas con -5%.
El único sector con intenciones positivas es Agricultura & Pesca, con un pronóstico de +4%.
En cuanto a las zonas geográficas, 4 de las 6 regiones reportan intenciones de contratación negativas, mientras que los empleadores de la Patagonia y de Cuyo pronostican los mayores aumentos con expectativas de +5%, y de +1%, respectivamente.
Pero yendo de lo sectorial a las oportunidades concretas de empleo, aunque no abunden, los bancos, la industria tecnológica y la actividad petrolera fueron el año pasado los que mayor visualización tuvieron, de acuerdo a un listado elaborado por LinkedIn, la red social profesional más grande del mundo, que en Argentina tiene más de 6 millones de usuarios registrados, sobre la base de datos relevados de su plataforma.
Las del sector tecnológico sumaron 92.497 vistas, las del sector bancario acumularon 265.783 visualizaciones y las posiciones en empresas petroleras les interesaron a 49.711 personas.
Los 22 empleos destacados y que figuran en dicho ranking superan en total las 660.000 vistas.
“El mercado del empleo en Argentina está en constante cambio, tornándose muy dinámico de acuerdo a las épocas del año. Es por ello interesante poder estudiar con detenimiento cuáles son las tendencias, los intereses y demandas de quienes están en la búsqueda de un nuevo empleo para así generar un acercamiento más acertado entre las empresas y los talentos” comentó Ramiro Luz, líder de LinkedIn Talent Solutions para Hispanoamérica.
Bancos como Santander Río (nº3), Supervielle (nº5) y Banco Macro (nº6) figuran entre las entidades que más candidatos atrajeron (12 de las 22 ofertas laborales son para trabajar en ellos) con 265.783 visitas.
Por su parte, el primer empleo que más atractivo recibió fue para formar parte del equipo del Banco Ciudad (67.590).
Con respecto a qué tipo de empleos fueron los que mayor atractivo generaron, los administrativos fueron los más buscados.
Por ejemplo, auxiliar administrativo en DeSillas.com (nº2), analista administrativo en Samsung Electronics (nº4) y asistente administrativo en The Goodyear Tire & Rubber Company (nº13) se ubican en el podio.