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Default con el Banco Mundial para un acuerdo con el FMI

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Eduardo Duhalde y Roberto Lavagna: Ellos forzaron el choque con el Banco Mundial en noviembre 2002 para conseguir el acuerdo con el FMI de enero 2003.

El 01/04/1991 se puso fin a la hiperinflación estableciendo una convertibilidad con paridad fija (un error porque paridad flotante hubiera sido más lógica aunque no tan antiinflacionaria). La tasa inicial de cambio era de 10.000 australes argentinos por dólar, sin embargo el 01/01/1992 el peso reemplazó al austral siendo 1 peso = 10.000 australes = US$1.

La inflación cayó en picada del 2.315% anual en 1990, al 4% en 1994. Y el PBI real creció más de un 10% anual en 1991 y 1992, pasando luego a una tasa más normal, algo inferior al 6% en 1993 y 1994.

Sin embargo, el gasto público seguía muy elevado y gran parte del gasto público estaba financiado con deuda pública, que seguía acumulándose. El mayor problema era que cualquier inconveniente global golpeaba a la Argentina, harto dependiente de lo externo. Una de esas crisis fue el inicio de la recesión de 1998, que el ministro Roque Fernández o no pudo o no puso superar. Terminó resultando una recesión de 4 años, durante la cual la economía se redujo 28%.

En 1999, además, las exportaciones argentinas fueron perjudicadas por la fuerte devaluación del real brasileño, un dato que la Administración De la Rúa no consideró con la gravedad que ameritaba tenerlo presente. Brasil era el 30% del total de flujos comerciales. Ese año el PBI cerró con una caída del 4%.

Cuando De la Rúa asumió la Presidencia, el 10/12/1999, dijo que recuperaría la confianza externa en las finanzas del gobierno, y prometió para ello reducir el déficit presupuestario pero a la vez inició un rescate de provincias que resultó totalmente contradictorio. Con la mayor presión tributaria para resolver el problemas de las provincias, probablemente De la Rúa mató el despegue que lentamente iniciaba la economía para salir de la recesión interminable.

El desempleo escaló a su nivel más elevado en 3 años (15,4%), y en octubre de 2000, en medio del escándalo por los supuestos sobornos en el Senado, renunció Carlos Álvarez, vicepresidente de la Nación, un personaje lamentable, quien suponía que su salida intempestiva lo llevaría al poder. La popularidad de Álvarez entre los porteños desnuda la precariedad de los electores de la Ciudad. De la Rúa - Álvarez - Ibarra - Elisa Carrió - Mauricio Macri - Horacio Rodríguez Larreta resulta una curiosa sucesión de ídolos porteños.

Irresponsable default de Adolfo Rodríguez Saá

El 18/12/2000 un grupo de organismos financieros multilaterales, convocados por el Fondo Monetario Internacional, concedió al país un paquete de rescate financiero de US$ 40.000 millones, con el propósito de apoyar la recuperación económica.

De la Rúa había aceptado el fracasado de José Luis Machinea en Economía y convocó a Ricardo López Murphy pero una estúpida riña interna entre radicales acabó con López Murphy casi antes de comenzar, y así llegó Domingo Cavallo, quien creyó que sería jefe de Gabinete de Ministros pero sólo fue ministro de Economía, en un error garrafal porque era presidenciable con posibilidades para los comicios de 2003.

Cavallo propuso jugar a suerte y verdad con el "megacanje" para evitar el default financiero externo mediante la postergación del vencimiento de parte de la deuda y el cambio de otra parte por títulos más rentables y a un plazo menor.

Sus críticos dijeron que, pese a haber sido presentado como todo un éxito, el megacanje incrementó el monto total de la deuda pública en 30%.

Por entonces, ya había provincias emitiendo moneda complementaria en forma de bonos y letras para afrontar la escasez de dinero en efectivo, asumiendo que no querían ejecutar ningún ajuste de gasto.

Fue el período de las llamadas “cuasi-monedas”, una indisciplina política, desafío a la Nación, que lideró Provincia de Buenos Aires con su tristemente célebre Bono Patacón. Finalmente, el propio Gobierno federal emitió su propia cuasi-moneda, el Bono Lecop, estos no devenían interés y tenían como vencimiento el 30/09/2006.

El país había perdido credibilidad y era enorme la fuga de capitales. Para mermar la fuga, que ya había sacado del país unos US$ 20.000 millones, el Ejecutivo promulgó un conjunto de medidas tales como asegurar la intangibilidad de los depósitos en moneda extranjera o mayor presión tributaria tal como el Impuesto a los Débitos Bancarios (al cheque).

Más tarde, Cavallo no tuvo alternativa al "Corralito", lo que restringió la libre disposición de dinero en efectivo de plazos fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros.

Jorge Lanata ayuda a construir el relato K sobre la deuda

En principio la medida duraría 90 días y, en vísperas de Navidad y al comienzo de las vacaciones de verano, los ahorristas sólo podían retirar $250, que todavía equivalían a US$ 250, por semana. En verdad, Cavallo había previsto $ 1.000 por semana pero Ricardo Gutiérrez, el presidente del Banco Provincia de Buenos Aires y ex secretario de Hacienda de Cavallo, le dijo que él no podía abrir las puertas de la entidad a $ 1.000 por semana y solamente resistía $ 250. Cavallo, siempre soberbio, no comprendió el error que cometía al aceptar, y fue el comienzo del fin.

Llegaron las protestas masivas, enfrentamientos, caos que llevó a la tragedia y renuncia presidencial el 20/12/2001, con la renuncia de De la Rúa.

El 23/12/2001, el entonces gobernador de San Luís, Adolfo Rodríguez Saa, reemplazó al presidente interino Ramón Puerta, e inmediatamente declaró el default financiero, por lo que Argentina se declaraba insolvente para pagar la deuda pública contraída. Sin embargo, días después de establecer el default, se descubrió que Rodríguez Saá había pagado US$ 150 millones al FMI.

Saá no pudo detener la crisis, careció del apoyo de la Provincia de Buenos Aires y de las corporaciones, y renunció antes de que finalizara el año. La Asamblea Legislativa fue convocada nuevamente, y se nombró al exgobernador y excandidato presidencial Eduardo Duhalde, en ese entonces senador por la provincia de Buenos Aires; y que gozaba de un sólido acuerdo con el líder de la UCR, Raúl Alfonsín; además de la Unión Industrial Argentina, la Confederación General del Trabajo y la Iglesia Católica local.

El 02/01/2002 llegó Eduardo Duhalde anunciando que el 'corralito' se convertía en'corralón'. El 06/01/2002 anunció que eliminaba la Convertibilidad y ejecutaba una megadevaluación del peso.

Sin embargo para tranquilizar a la gente, el Presidente había asegurado que"serían respetadas las monedas en que fueron pactados originalmente los depósitos (…) quien depositó pesos, recibirá pesos, y quien depositó dólares, recibirá dólares”.

Duhalde mintió en forma miserable, y firmó el Decreto 214/2002 de necesidad y urgencia del 03/02/2002 por el que se “pesificaron” forzosamente depósitos y deudas, provocando una descomunal transferencia forzosa de riqueza. Un disparate de parte del falso'piloto de tormentas', personaje impresentable aunque no el único.

Cuando Jorge Remes Lenicov hizo toda la 'tarea sucia' como ministro de Economía, y además en su improvisación e impericia fracasó en conseguir una recuperación, llegó Roberto Lavagna como ministro de Economía (la prioridad la tenía Guillermo Calvo pero su avión se demoró en el cubrir la ruta entre Washington DC y el aeropuerto de Ezeiza).

Lanata sigue con la deuda externa

Con el correr de 2002 comenzó un 'rebote' de la economía pero seguía sin resolverse el frente externo. La Administración Duhalde decidió negociar con el Fondo Monetario Internacional. Así se llegaron a los eventos de noviembre de 2002.

Argentina debía desembolsar al Banco Mundial US$ 805 millones (799,32 millones de euros) pero el Banco Mundial avizoró que la Argentina no honraría sus obligaciones, tal como ya había ocurrido con los vencimientos de bonos.

La Argentina presionaba al FMI no pagando al Banco Mundial. Debe recordarse que son organismos gemelos, emergentes de Bretton Woods.

En forma preventiva, el Banco Mundial había aumentado sus reservas para afrontar posibles préstamos fallidos: el fondo de garantía había pasado a US$ 4.300 millones, un 26% más que 2 años antes.

Detrás del fantasma de Argentina estaba el de Brasil, al que el Banco Mundial había auxiliado semanas antes en US$ 30.000 millones (29.632 millones de euros).

Un default de Argentina no pondría en peligro la calificación +AAA del organismo multilateral pero sí que podría resentirse su fortaleza financiera si algún otro país se declarase en suspensión de pagos.

La amenaza argentina consistía en que la crítica situación podría impactar en las cuentas de la Corporación Financiera Internacional (CFI), filial del Banco Mundial dedicada a conceder préstamos al sector privado de los países emergentes.

En Washington DC todos dijeron creer que el entonces ministro Roberto Lavagna comunicaría el pago al vicepresidente del Banco Mundial, David de Ferranti, a cargo del organismo en reemplazo de su titular, John Wolfensohn, con licencia por enfermedad.

Se agregó que el pago era decisivo para seguir acercando posiciones con el FMI. "Está casi terminado, pero quedan por despejar las dudas políticas", señaló horas antes de la hora límite el entonces ministro Lavagna.

"Si la Argentina no paga, le estaría dando argumentos al Fondo para dejar caer la negociación", señaló una alta fuente del Banco Central.

Pero la Argentina decidió pagarle al Banco Mundial sólo los intereses y no el capital.

El Banco Mundial dijo que la Argentina, al haber pagado sólo los intereses de una deuda que venció en la fecha, tenía 30 días para afrontar el pago total.

La Argentina sólo pagó US$ 79,2 millones de una deuda de US$ 805 millones que venció el 15/10/2002. En esa ocasión recibió una postergación por 1 mes y el 14/11/2002 le concedieron otro mes.

El próximo pago al Banco Mundial sería el 14/12/2002, pero Lavagna indicó que debido a que fracasaron las expectativas de llegar a un acuerdo con el FMI, Argentina ya no negociará con el apremio de"una fecha clave".

Pero en enero 2003, el FMI y la Argentina llegaron a un acuerdo contingente de cortísimo plazo con vencimiento en agosto. En julio 2003, ya con Néstor Kirchner en la Casa Rosada aunque Lavagna seguía en Economía, se especuló con un acuerdo de 3 años entre el FMI y la Argentina. Eran los tiempos de los superávits gemelos, otra perspectiva de la macroeconomía criolla.

Néstor Kirchner malgasta las reservas del BCRA

En el plazo setiembre-diciembre vencían US$ 6.166 millones, que equivalían a más de la mitad de las reservas totales del país.

"Trabajaremos en un marco fiscal a mediano plazo que incluya las relaciones intergubernamentales (con las provincias); en crear un mercado de capitales y un mejor proceso de intermediación entre depositantes e inversores; y en una reforma institucional que dé seguridad jurídica", dijeron en el FMI.

La fecha clave era el 23/09/2003 cuando el FMI se reuniría en Dubai, Emiratos Árabes Unidos; y Kirchner/Lavagna querían anunciar el acuerdo.

Efectivamente, la Argentina y el FMI llegaron a un acuerdo para refinanciar vencimientos de deuda de los siguientes 3 años con los organismos de crédito por US$ 21.610 millones (de los cuales US$ 12.500 millones corresponden a pagos con el FMI).

Pero todo esto saltó por los aires en diciembre de 2005, cuando el presidente Néstor Kirchner cumplió su viejo anhelo de liberarse de la tutela del FMI y anunció en la Casa Rosada, la cancelación anticipada de la deuda total de la Argentina, para lo cual destinaría US$ 9.810 millones de las reservas del Banco Central.

¿Qué pasó? Brasil tenía grandes excedentes de reservas y decidió cancelar sus obligaciones con el FMI como demostración de fortaleza y así ganar credibilidad.

Por celos regionales, Kirchner decidió anunciar lo mismo pero en default con los acreedores privados, en una medida destinada a la cofradía política doméstica, y malgastando las reservas del BCRA.

El pago representó menos del 9% del total de la deuda pública argentina, pero comprometió el 36,6% de las reservas del país para ahorrar, en el mejor de los casos, menos de US$ 1000 millones en concepto de intereses.

Así eran los Kirchner gobernando....

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Sería muy injusto responsabilizar sólo a Fernando De la Rúa y Domingo Cavallo de lo sucedido en 2001. Así como la devaluación fue propiciada por quienes ejecutaron el golpe de Estado 'blando', el default fue defendido por quienes además buscaban una modificación de la Ley de Concursos y Quiebras. Luego, la ira del peronismo cuando es oposición, el ego de quien había perdido en las urnas, la ambición desmedida de varios gobernadores, la traición de radicales a radicales, y el contexto de una Argentina debilitada en lo económico-financiero, en un contexto global adverso. Ojo con este último ítem.
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NOVIEMBRE 2002
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