
Benjamin Netanyahu no es un líder que goce de prestigio más allá de Israel, aunque esta realidad pegue duro en el ego de buena parte del sionismo militante -prohibido confundir israelíes con judíos y judíos con sionistas, son conceptos bien diferentes-.
Pero Netanyahu, quien ha iniciado una ofensiva durísima contra la teocracia iraní, debería reflexionar que le resultará difícil encontrar aliados más allá de Donald Trump, y que con Trump no le alcanza.
También resultaría didáctico para Netanyahu conocer que el influyente pontífice de los católicos apostólicos romanos, Francisco, con muchísimos intereses en Medio Oriente, acaba de crear un grupo de trabajo en el que tiene grandes expectativas y bautizó “Ética en acción por el Desarrollo Sustentable e Integral”, un foro que apunta a establecer una agenda global inspirada en la encíclica “Laudato Sii”, y que ya comenzó a reunirse en los Jardines Vaticanos, convocado por la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales. En mayo se prevé que vuelve a encontrarse, en Austria.
Tal como lo expuso el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el enfoque del grupo es que el mundo afronta 2 tipos de guerra:
* la de los hombres entre sí, y
* la otra de los hombres contra la naturaleza.
Lo importante, para Israel, es que junto a los cardenales Turkson, Giovanni Battista Re y John Onaiyekan, se paseó por el Vaticano el ayatolá Seyed Mostafa Mohaghegh Damad, jefe del departamento de estudios de la Academia de las Ciencias de Irán; acompañado por Cissé Hadja Mariama Sow, presidenta de la asociación Mujeres Musulmanas de Guinea; y Mohammad Sammak, secretario general del Comité Nacional del Diálogo Cristiano-Musulmán de Líbano.
Resulta muy interesante la trama de alianzas que provoca la decisión de Trump de modificar el esquema que había urdido su antecesor odiado, Barack Obama, que tuvo al papa Francisco como aliado.
Es necesario agregar que que el ayatolá iraní estuvo muy coloquial con Petr Stegny, embajador extraordinario y plenipotenciario de la Federación Rusa, y hay testigos latinoamericanos de ello: el legislador porteño Gustavo Vera, y Virgilio Viana, superintendente general de la Fundación Amazonas Sustentable, de Manaos (Brasil).
Netanyahu debería considerar que se insistió durante el encuentro que al Papa le interesa particularmente: la“no violencia” como un método para la acción política, y se estudiaron al menos 3 casos prácticos como ejemplos.
Elecciones
Netanyahu afirmó, antes de partir hacia Londres, que su objetivo es agrupar a USA y el Reino Unido en un frente común para combatir la "extraordinaria agresión" de Irán, un país que "está intentando poner a prueba los límites" de las nuevas administraciones "con una extraordinaria agresión, una inusual "hutzpah" (cara dura) y hostilidad".
"Creo que lo más importante en este momento es que los países como USA, con sus líderes, y Gran Bretaña e Israel, se levanten unidos contra la agresión de Irán y establezcan fronteras claras", dijo Netanyahu.
Sin embargo, la primera ministra británica, Theresa May, defendió el acuerdo internacional sobre el desarrollo nuclear de Irán que Netanyahu reclama que sea denunciado.
La versión británica oficial del encuentro aseguró que la jefa de Gobierno británico dejó “claro” que el pacto firmado con Irán por USA, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania, sirvió para “neutralizar” la posibilidad de que el gobierno de Teherán armara a su Ejército con dispositivos nucleares, a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales que pesaban contra el país.
May también trasladó a Netanyahu su convicción de que la expansión de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos "minan la confianza" en una solución política al conflicto entre Israel y Palestina, según informó la agencia española de noticias Efe.
Con todo, haciendo alguna concesión a Netanyahu para no arruinar la visita, ella admitió que es necesario “estar alerta” sobre las actividades de Irán que puedan “desestabilizar la región”, tal como la reciente prueba de un misil de medio alcance que desarrolló la República Islámica.
En Teherán son días en los que todavía no comienza la campaña electoral para los comicios en mayo, que deben definir el rumbo de la teocracia chií, pero hay otras curiosidades: por ahora, otra vez las parejas pueden ir de la mano en lugares públicos, los velos se deslizan irremediablemente hacia atrás, y en los reductos 'hipsters' de las periferias urbanas a veces hasta huele a porro. El papel de la mujer en el Islam no se resuelve con menos velo pero lo formal tiene su relevancia nada desdeñable.
Cada vez que se aproximan elecciones presidenciales en Irán surge la duda de si las mujeres pueden optar al cargo. Es una cuestión en debate desde hace 2 décadas y sobre la que el todopoderoso Consejo de Guardianes todavía no se ha pronunciado. El dilema radica en el artículo 115 de la Constitución, que estipula que el Presidente debe ser elegido entre "los hombres políticos y religiosos" ("rayul siasi va mazhabi", en farsi), así como tener nacionalidad iraní y capacidad administrativa, entre otros requisitos.
Hasta ahora, todos los presidentes de la República Islámica han sido varones, al igual que todos los candidatos que pasaron la criba del Consejo de Guardianes, aunque sí hay mujeres diputadas y en altos puestos gubernamentales.
"Rayul" es un término árabe, muy empleado en persa, que significa literalmente hombres, lo que excluiría a las mujeres de la Presidencia, pero que para muchos debe interpretarse de forma más amplia como"personalidades", según el clérigo reformista, Abdulhami Jedri.
Por su parte, la diputada y vicepresidenta del Comité de Mujeres, Tayebe Enayati, defiende que varios artículos de la Constitución reconocen la igualdad de derechos políticos de hombres y mujeres, y que en el Corán también aparece "rayul" con un significado general.
De todos modos, el Teherán 2017 no es el del espíritu de la Revolución Verde, aplastada en 2009, antes de que los clérigos reconocieran el fracaso del jacobino Mahmud Ahmadineyad, tan amigo del venezolano Hugo Chávez Frías. Ambos, con sus pésimas políticas de Estado, hundieron los ingresos de los pobres y consolidaron la desigualdad.
Pero la realidad de 2009 no fue tanto la demostración de que Ahmadineyad había hecho trampa para seguir en el poder sino la convicción generalizada de que el Líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, era corresponsable del fracaso de Ahmadineyad y para no reconocerlo, él estaba dispuesto a sostener a un gobierno ilegítimo.
Cuestionado el Guía de la Revolución, él tuvo que aceptar más tarde el relanzamiento capitalista, sin alterar las reglas del poder político-religioso. Ese rostro de moderación y cambio fue/es el presidente Hassan Rouhani, elegido en 2013, quien el 19/12/2016 deslizó un proyecto de Carta de los Derechos del Ciudadano, de 141 artículos, que en casi 50 artículos introduce“de acuerdo con la ley” o “mientras no violen los principios del Islam”, para no alterar el vínculo con Jamenei, quien a su vez no apoya el intento de Ahmadineyad de regresar al poder.
Las normas religiosas siguen intactas, sin mencionar el matrimonio a los 13 años. El Ministerio de Inteligencia aplica los encarcelamientos sin juicio tal como la injusta condena del hijo del ayatolá Hosein Alí Montazerí por hacer públicas las críticas de su padre al muy cuestionable ayatolá Ruhollah Musaví Jomeini. Y siguen con detención domiciliaria indefinida los candidatos fraudulentamente derrotados en 2009, Mir-Hosein Musaví y Mehdi Karroubi.
Pero los reformistas iraníes apoyarán al presidente Rouhani en las próximas elecciones presidenciales, indicó Mohammad Reza Aref, jefe del grupo parlamentario Hope, al diario local Tehran Times.
El consejo de elaboración de políticas del movimiento reformista apoyará a Rouhani si expresa su disposición a volver a competir por la presidencia, dijo Aref, un destacado legislador reformista.
El desafío más importante para Rouhani será fomentar la participación electoral, dijo Aref, quien agregó: "Damos una buena evaluación al desempeño de la administración actual".
Rusia
Netanyahu tiene compañía en su intento. La Administración Trump busca meter cizaña en la cooperación diplomática y militar entre Rusia e Irán, afirmó el diario The Wall Street Journal citando fuentes.
De esa manera, señaló el matutino propiedad de News Corp. (Rupert Murdoch), Washington DC espera poner fin al conflicto sirio e intensificar la lucha contra la organización terrorista Daesh/Isis.
"Hay una cuña que se puede meter entre Rusia e Irán y estamos dispuestos a examinar esta opción", dijo una fuente de la Casa Blanca al añadir que de momento la Administración Trump no considera a Rusia como una amenaza Nº1 para USA.
Una fuente en Europa a su vez expresó que "entre Rusia e Irán hay desacuerdos" sin embargo "no está claro que van a pedir las autoridades rusas a cambio de debilitar la alianza con Irán", escribió Alexei Druzhinin en la web rusa Sputnik.
Antes, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que Washington DC seguirá ajustando la política hacia Irán.
El mismo día el Departamento del Tesoro estadounidense impuso sanciones a 13 individuos y 12 entidades relacionadas con el programa iraní de misiles balísticos y el movimiento chií Hezbolá, que cuenta con el apoyo de Teherán y es una organización terrorista para Washington DC.
Por las dudas, el viceministro iraní de Asuntos Exteriores, Abás Aragchí, fue enviado a Moscú, donde ratificó que Irán sigue con sus compromisos en el marco del acuerdo sobre su programa nuclear: "Irán, como todos nosotros, mantiene sus compromisos en el marco del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC, firmado el 14/07/2015)", le dijo a su homólogo ruso, Serguéi Riabkov.
"En el pasado, nuestro diálogo fue muy fructífero y esperamos que tenga un carácter similar en el futuro", agregó, por las dudas, el diplomático iraní.
Aragchí subrayó que Teherán y Moscú cooperan "de manera perfecta y constructiva" tanto en las relaciones bilaterales, como en los problemas internacionales.
Riabkov declaró que el PAIC es "un importante elemento estabilizador de las relaciones internacionales".
Entre Trump y Netanyhau, 2 elefantes en un bazar, acaban de consolidar el vínculo de Irán con Rusia.
Influyendo en el resultado
Ariane M. Tabatabai, profesora del programa de Estudios de Seguridad en Georgetown University (Escuela del Servicio Exterior Edmund A. Walsh) y anterior investigadora en el programa de Seguridad Internacional/Proyecto Administración del Átomo, del Belfer Center, en la Harvard Kennedy School, escribió en la revista Foreign Affairs:
"El gobierno iraní no es monolítico. Su régimen está basado en la descentralización. Para estar seguro de esto, el líder supremo Alí Jamenei se sienta en la cima de una jerarquía formal, y llama a muchos a los tiros. Pero los otros centros de poder tienen una influencia considerable tanto en asuntos domésticos como externos. El resultado es que la lucha interna en Irán en ciertos temas puede incluso sobrepasar a las que ocurren en las democracias occidentales. Y a menudo se renuevan durante eventos nacionales o internacionales especiales, tales como las conversaciones nucleares de Irán con el P5+1 (USA, Rusia, China, Francia y Reino Unido + Alemania), y las elecciones presidenciales y parlamentarias.
Está programado que Irán realice su siguiente elección presidencial en mayo. La campaña no comienza oficalmente sino hasta semanas antes de la fecha de votación, y la lista de candidatos no se cierra sino hasta poco antes. Pero, incluso cuando la mayoría de los candidatos aún tienen que formalizar su anuncio de candidatura, y el Consejo de los Guardianes -cuerpo que integran juristas y clérigos-, debe validarlas una por una, la cuenta regresiva ya empezó. El moderado y dialoguista presidente Hassan Rouhani intentará la reelección, pero sus posibilidades en gran parte dependen de la evaluación que realicen los iraníes de las ventajas de su compromiso con Occidente y el acuerdo nuclear vigente.
Pero vender este negocio es una tarea cada vez más difícil para Rouhani y su equipo. Y la retórica que sale de Beltway (N. de la R.: la autopista Interestatal 495 o I-495 que circunvala la capital estadounidense Washington DC) no está ayudando. Durante meses, Rouhani argumentó que su país estaría mejor colaborando con USA y firmando el acuerdo nuclear condicionado. Esta situación, él afirmó, permitiría que su país se reintegrara a la comunidad internacional, reconstruyera su economía, y evitara una confrontación militar. Hoy, los políticos de línea dura (varios de los cuales probablemente busquen la Presidencia) argumenten que nada de esto se ha materializado. Sin embargo, a pesar de la evidente falta de progreso en el frente económico, Rouhani sigue siendo el candidato más viable. Esto es básicamente a causa de que ninguno de los otros individuos que se postulan para la candidatura tiene ni su reconocimiento de nombre ni su capital social y político. De todos modos, esto puede cambiar si las relaciones entre Irán y USA siguen escalando.
En este contexto, la retórica que sale de la administración de Donald Trump es fundamental para el futuro de Rouhani; y el de Irán."
Alzas y bajas
Estas cuestiones son difíciles de entender en la Argentina, donde el tema Irán pasa exclusivamente por un debate, bastante interrumpido y frívolo, sobre la responsabilidad o no iraní en el atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina; y qué quiso decir el fiscal especial que era kirchnerista y luego fue antikirchnerista Alberto Nisman, quien murió en circunstancias no esclarecidas, y sin que su amigo/jefe, el por entonces espía gubernamental Antonio Stiuso, le atendiera alguno de sus muchos teléfonos celulares.
Sin mucho convencimiento, aunque con la firme presión de Grupo Clarín (otro ex socio de los Kirchner, luego enemistado por circunstancias probablemente comerciales y no ideológicas), la polémica apunta a si Cristina Fernández de Kirchner es alcanzada o no por una posible imputación de cobertura a Irán en días cuando Hugo Chávez Frías era el principal socio internacional de ambos países.
Pero, más allá de lo banal, han ocurrido hechos muy interesantes en la política exterior global.
Entre 1997 y 2005, bajo el presidente reformista Mohammad Khatami, Irán hizo varias propuestas a Washington DC. Teherán apoyaba los primeros pasos de la campaña militar estadounidense en Afganistan, represalia de los ataques del 11/09/2001. Osama bin Laden era un musulmán fundamentalista sunita, enemigo de los musulmanes chiíes iraníes.
Ariane M. Tabatabai recordó que Irán ayudó a abrir camino para una transición de poder más suave en Kabul jugando un rol decisivo en el acuerdo de Bonn, en 2001, empujando a la Alianza del Norte afgana a realizar concesiones criticas e insistir en que el nuevo sistema político se basara en elecciones democraticas.
Pero el discurso del "Eje del Mal" de la administración de George W. Bush, para justificar la futura 2da. invasión a Irak, marco un abrupto final de todo eso. Es uno de los motivos que obliga a sospechar que Israel estuvo detrás de la 2da. invasión a Irak.
La consecuencia fue que Irán endureció su discurso respecto de los esfuerzos de USA en Afganistan y ya no prestó colaboración en el terreno. También comenzó a convertirse en una molestia para Washington DC, en especial cuando dejó en libertad al muy popular combatiente afgano Gulbuddin Hekmatyar, quien fundó el Hezb-i Islami, en Afganistan. Hasta entonces, Irán y USA estaban discutiendo la posibilidad de transferir a Hekmatyar a manos del nuevo gobierno en Kabul.
Durante los siguientes 15 años, Irán no colaboró con USA en Irak, un país que tiene mayoría de población islámica chií y que adora lugares santos ubicados en Irán. Irak es un tema de seguridad nacional mucho más para Irán que para USA pero por diferentes motivos a los de Washington DC. USA boicoteó a Irán en Irak y los Guardias Revolucionarios le metieron el dedo en la nariz a los Deltas y Marines proporcionando armamento, entrenamiento y recursos a sus amigos del otro lado de la frontera. Y mientras más intensificó Washington DC su retórica anti-iraní, más agresivos se volvieron los Guardias Revolucionarios.
Luego, el Congreso iraní le puso tantos obstáculos a Rouhani como el Congreso estadounidense le puso a Barack Obama para que no concretara un acuerdo con Irán. Realmente la firma de un acuerdo fue una tarea titánica.
Entonces llegó a la Casa Blanca, el'Presidente-bebé', tal como lo presentó el diario español El País. Un septuagenario que actúa por caprichos antes que con racionalidad. Una de sus decisiones iniciales fue prometer embestir contra Irán porque él es amigo de Israel. Trump tuiteó: "Irán está jugando con fuego; no aprecian cuán "generoso" fue el presidente Obama con ellos. Conmigo No!".
El director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Sean Spicer, más tarde dijo que los iraníes "están recibiendo el mensaje, y lo van a seguir recibiendo" que la Administración Trump será más dura con ellos de lo que fue el Presidente Obama.
Más tarde, el consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, advirtió a Irán que Washington DC ya no estaría satisfecho con el "ritual" de sostener reuniones del Consejo de Seguridad en la ONU: "Los días de hacer la vista gorda ante las acciones hostiles y beligerantes de Irán hacia USA y la comunidad mundial se terminaron".
Ninguna de las declaraciones que salen de la Casa Blanca ofreció algún indicio acerca de cuál será la precisa dirección de la nueva Administración política. Lo único que ocurrió fue que se impusieron sanciones adicionales a personas y entidades involucradas en el programa de misiles balísticos de Irán, pero ese no es 'el gran cambio' prometido por los asesores de Trump.
Hasta entonces, el gobierno de Irán creyó que podría trabajar con Trump más de lo que habría sido capaz de avanzar con Hillary Clinton.
Trump fue visto desde Teherán como un líder pragmático orientado a los negocios antes que a la ideología, dispuesto a sacudir el'statu-quo' en Washington DC.
Jamenei incluso alabó a Trump durante la campaña electoral estadounidense, afirmando que el candidato había capturado el deseo del electorado estadounidense por un cambio.
Hillary Clinton, mientras tanto, tenía una postura muy consistente contra Iran. Durante su primera carrera para la Casa Blanca, cuando ella perdió ante Obama, ella amenazó con "atacar" y "destruir" a Irán si atacaba a Israel y si usaba armas nucleares. Si bien luego, como secretaria de Estado de Obama, Hillary apoyó un acuerdo nuclear, como candidata otra vez prometió ser más dura contra Teherán.
Trump resultó diferente de lo esperado por Irán, y quedó en evidencia con la frustrada prohibición de ingresar a USA que quiso imponer a 7 países el Presidente Trump. El consejero de Seguridad Nacional, Flynn, siguió hablando, ahora de que estaba "oficialmente poniendo a Irán en aviso" porque Irán decidió desafiar a USA probando su nuevo misil. Pero las sanciones a Irán han resultado un fracaso como acción efectiva de parte de USA en particular, y de la OTAN en general.
Trump llegó a la Casa Blanca en el momento de las mejores relaciones entre USA e Irán en 4 décadas, desde la revolución de 1979, apuntó Ariane M. Tabatabai: por primera vez había una agenda de trabajo para lo estratégico, existían canales de comunicación abiertos y eso beneficiaba la reelección de Rouhani.
Ahora está sucediendo un retroceso, que Israel promueve porque cree que le conviene para asegurarse el monopolio del armamento nuclear en la región, y porque le molesta muchísimo que Irán haya provisto de armamento, recursos y entrenamiento a Hezbolá en Líbano, que ha derrotado militarmente a Israel en el más reciente enfrentamiento. Luego, Irán y Hezbolá prestaron apoyo terrestre decisivo a Bashar al Asad en Siria, otro gobernante que Israel quería afuera del poder.
Teherán no tiene ni la intención ni la capacidad bélica ni económica necesaria para convertirse en una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Por el contrario, la República Islámica sí puede convertirse en una molestia para los Estados Unidos en Irak o en Siria o en el Líbano, por ejemplo.
Obama entendió que lo mejor era comprometer a Irán en acciones concretas antes que dejar libre la retórica, ayudando a galvanizar a los conservadores de ambos países.
Por ejemplo, en 2016, los Guardias Revolucionarios capturaron a 10 marineros estadounidenses cerca de una de sus bases en la Isla Farsi, en el Golfo Pérsico. El incidente pudo haber escalado rápidamente si los marineros eran convertidos en rehenes. Los Guardianes siempre han advertido que ante un conflicto, cerrán el estrecho de Hormuz, por donde pasa gran parte del petróleo global, y esto tendría numerosas consecuencias para la economía de aliados de USA.
Pero con canales abiertos de diálogo, el entonces secretario de Estado, John Kerry, se las arregló para des-escalar rápidamente y asegurar la rápida liberación de los marineros. Su aliado fue el moderado canciller iraní, Javad Zarif.
Esto no se podría conseguir ahora, si Washington DC escoje adopta una retórica violenta que sólo anima a los de línea dura en Irán, y a la Guardia Revolucionaria que necesita justificar sus esfuerzos de desarrollo y prueba de misiles balísticos. También así se refuerza a quienes apoyan a los houthis en Yemen, y promueve un ciber-programa más agresivo.
Al mismo tiempo, se erosiona a los moderados y reformistas iranies, quienes han gastado mucho de su capital político para comprometerse con USA en temas claves, a veces chocando con los conservadores iraníes. Comienza a sospecharse que la Casa Blanca le queda grande a Trump. La pregunta es qué hará'el Sistema' con estas cuestiones de tener un 'Presidente-bebé' al mando.
Trump debería aprender del error de la Administración Bush, que gastó millones en Irak y no ganó nada, y adoptar un tono más sobrio, concepto que no significa ser débil sino permitir que prevalezca la diplomacia, y en colaboración con la Unión Europea y otros socios decisivos.