
Entre las revelaciones de los Paradise Papers -los más de 13 millones de documentos filtrados, relativos a inversiones en paraísos fiscales, dados a conocer el 5/11-, llamó la atención a medios anglosajones, una relacionada con el financiamiento de las empresas de tecnología de Silicon Valley.
Según una investigación del diario The New York Times -que tuvo acceso a los documentos- el empresario ruso Yuri Milner -quien tiene enormes inversiones en el Valle del Silicio y a quien Forbes bautizó como 'el inversionista tecnológico más influyente de Rusia'-, utilizó fondos de 2 bancos controlados por el Kremlin -ahora sancionados por Estados Unidos-, para hacer grandes inversiones en Facebook y Twitter.
"El millonario ruso Yuri Milner ganó fama y riqueza por haber apoyado tempranamente a Facebook Inc., Twitter Inc. y otras startups de Silicon Valley", escribieron James F. Peltz y Tracey Lien del diario LA Times. Su riqueza ha permitido a Milner asociarse con el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, en la filantropía científica, formar una iniciativa espacial con Stephen Hawking y adquirir una de las casas más caras de USA.
"Pero ahora las inversiones tecnológicas que lo hicieron rico están bajo creciente escrutinio, en el medio de investigaciones a la posible intromisión rusa a la elección presidencial del año pasado", explica el Times.
En concreto, lo que los Paradise Papers revelaron es que la inversión de Milner en Facebook, coordinada por su compañía DST Global, recibió financiamiento de una subsidiaria de la gigante energética estatal rusa, Gazprom. Adicionalmente, la inversión de Milner en Twitter tuvo apoyo de VTB, un banco controlado por el Estado ruso que está bajo sanciones estadounidenses desde 2014 por la anexión rusa de Crimea y sus incursiones en el este de Ucrania. Ambas fueron hechas entre 2009 y 2010.
La inversión de Milner le hizo adquirir un 8% de las acciones de Facebook y el 5% de Twitter, explica el portal Milenio. A los pocos años las vendió pero permaneció dentro del círculo de Silicon Valley "Tanto así que fue uno de los inversionistas de la startup Cadre, propiedad de Jared Kushner, yerno de Donald Trump, reportó el diario inglés The Guardian."
"Nadie sugiere que Milner o sus compañías estuvieron involucradas en actos indebidos. Pero las revelaciones sobre los lazos del Gobierno ruso con sus inversiones en el mundo tecnológico llegaron mientras los legisladores estadounidenses están investigando cómo los operativos rusos pudieron usar Facebook, Twitter y otras pataformas de internet, con la esperanza de influenciar la elección del año pasado", explica el Times.
Milner emitió un comunicado diciendo que era"un cuento de hadas" sugerir que "estábamos trabajando con Rusia para hacer que las redes sociales estuvieran en contra de la democracia estadounidense."
"Cuando me instalé con mi familia en Silicon Valley, encontré una comunidad a la que no le importaba de dónde venías, sólo quién eras y qué tenías para ofrecer", se defendió Milner."Desde la elección de 2016, sin embargo, ha habido un cambio de aire. Sólo ser ruso, de repente, es estar bajo sospecha."
Milner considera que "aceptar financiamiento de un banco ruso no te convierte automáticamente en un agente del Kremlin. En realidad, las inversiones de DST Global en Silicon Valley estuvieron motivadas por pura lógica empresarial."
"Nadie ha sugerido que Milner o sus compañías tuviesen conexión alguna con la operación de propaganda", escribió Jesse Drucker de The New York Times. "Por su parte, Milner dijo en un par de entrevistas recientes que la plata del Gobierno ruso no era diferente al financiamiento que había recibido de muchos otros inversionistas en el mundo."
"No estoy involucrado en ninguna actividad política. No estoy financiando ninguna actividad política", aseguró Milner a The Guardian.
"No hay nada inusual en una empresa internacional de inversión —DST Global tiene su cuartel general en Hong Kong— aceptando inversiones de fondos internacionales, incluidos soberanos", explicó DST en un comunicado.
"La empresa fundada por Milner recordó que tiene inversiones en muchas otras tecnológicas como AirBnB, Spotify o Zalando, y que abandonaron su participación en Facebook y Twitter entre 2013 y 2014, 'poco después de la oferta pública de venta inicial de esas empresas y bastante antes de las elecciones estadounidenses de 2016', en respuesta a quienes han especulado sobre la contribución de DST en la injerencia rusa durante el proceso electoral que dio como ganador a Donald Trump", explicó Antonio Villarreal del diario El Confidencial.
"Según el NYT, este señalamiento no sugiere que Milner o sus empresas hayan tenido alguna conxión con un plan de propaganda dirigido desde Rusia, sin embargo Michael Carpenter, el director del Consejo de Seguridad de Rusia durante la administración de Barack Obama, dijo al diario estadounidense que las inversiones que hacen las instituciones relacionadas con el Kremlin se hacen con intereses estratégicos 'no sólo comerciales sino también de interés para el Estado'", explica Milenio.