El martes 31/10 a eso de las 2 de la tarde (hora local), 8 personas fueron asesinadas y 11 resultaron heridas cuando un hombre los atropelló en una ciclovía en Manhattan. El atentado terrorista dolió especialmente en Argentina porque 5 de las víctimas eran rosarinas. El presunto atacante, Sayfullo Saipov -contra quien los fiscales ya han presentado una denuncia penal-, avanzó por el corredor durante 1 milla y luego chocó contra un autobus escolar cerca de la escuela secundaria Stuvyesant.
La denuncia contra Saipov lo describe como un voraz consumidor y meticuloso estudiante de ISIS, según explica el diario The New York Times, quien tenía como objetivo asesinar personas que estaban celebrando Halloween. Según la acusación, además, Saipov dijo que su estímulo para actuar había sido un video de ISIS que cuestionaba el asesinato de musulmanes en Irak. Saipov habría estado planeando el ataque desde hace 1 año y, tras haber llevado a cabo una prueba piloto con un camión de alquiler de Home Depot la semana pasada, eligió la fecha de Halloween para actuar porque sabía que habría más personas en las calles.
Por otro lado, el FBI localizó ayer a un 2º hombre que cree tuvo relación con el atentado. Se trata de Mukhammadzoir Kadirov, de 32 años y, al igual que Saipov, de nacionalidad uzbeka.
El ataque representa la última instancia de la nueva normalidad en materia terrorista, explica Laura Bliss del portal CityLab, en una nota titulada "Los ataques con vehículos no son inevitables":los vehículos son instrumentos eficientes para matar. Recordemos que hace solamente unos pocos meses, un supremacista blanco avanzó con su auto sobre una multitud en Charlottesville, Virginia, asesinando a una manifestante. En agosto, 13 personas murieron cuando una van atropelló a una multitud en Barcelona. En diciembre del año pasado, hubo 12 muertos en Berlín cuando un camión arrolló a una multitud en un mercado nadideño. En julio de 2016, 85 personas murieron cuando un conductor suicida los arrollaó en Niza, Francia. Londres sufrió un ataque terrorista con vehículo ante el Parlamento británico en marzo de este año.
"Cuando los vehículos están siendo cada vez más utilizados como armas de elección de los actos de terror de los 'lobos solitarios', el debate sobre cómo proteger a los cuerpos vulnerables ha virado en qué medidas de diseño deberían tomar las ciudades", escribió Bliss. Barcelona, por ejemplo, está ahora siendo presionada para instalar pilotes y otros elementos protectores en Las Ramblas, emblemático paseo de la ciudad. Algunas ciudades ya han hecho esto.
"Los cambios físicos al paisaje del tráfico salvan vidas -tanto en actos explícitos de terror, como en las matanzas mundanas que los autos infligen cada día", escribió Liss.
En el caso concreto del atentado reciente, el conductor del camión se metió en un corredor que tenía una capa nominal de protección, explica CityLab: era una ciclovía. Se llama Hudson River Greenway y es la ciclovía más concurrida del país. Forma parte del Manhattan Waterfront Greenway, un circuito de más de 50 kilómtros que va por alrededor de la isla de Manhattan. Está separada del tráfico automotor y las secciones peatonales también están separadas de las ciclistas.
La Hudson River Greenway se encuentra localizada a orillas del nivel del Río Hudson, a excepción por donde está el puente George Washington donde se eleva un poco, aproximadamente 50 metros, explica Wikipedia. La ciclovía está separada del tráfico automor por una parcela de concreto con plantas y filas de árboles. CityLab explica que algunos vehículos motores como autos de policía o camiones de basura, a menudo violan la división. Durante años la comunidad ciclista ha pedido protecciones adicionales.
Justin Davidson de NYMag considera que si bien no se puede"convertir a toda Nueva York en una ciudad a pruebas de locos", la ciudad "podría hacer un trabajo mucho mejor en salvaguardar los lugares donde se agrupan ciclistas y peatones." El atentado, claramente"un ataque a los ciclistas y los peatones", era "eminentemente evitable", afirma.
"Las armas de Sayfullo Saipov eran falsas, pero su camión era real, y lo usó para manejar cuadra por cuadra, sin impedimentos del tráfico automotor, libre de atropellar a las bicis de la ciudad y sus ciclistas. Pudo hacerlo porque este supuestamente 'protegido' carril de bicicletas... no lo está. Los trabajadores sanitarios y las cuadrillas de construcción de rutas acceden al camino a través de aberturas que son, bueno, lo suficientemente anchas como para que un camión pueda entrar."
La solución concreta, según Davidson, sería filas de pilotes de acero, ubicados en sitios estratégicos y que se puedan desarmar rápidamente si fuera necesario. De hecho, cuando en mayo Richard Rojas avanzó con su auto sobre Times Square, terminó empalándolo contra pilotes de este tipo que estaban colocados alrededor de la plaza peatonal. Si hubiese habido más de estos instalados, nunca hubiese logrado siquira abatir a una docena de personas y asesinar a Alyssa Elsman, de 18 años, afirma Davidson.
Con tantos ataques vehículares robándose vidas en los últimos meses, se vuelve una necesidad imperiosa colocar estos pilotes de manera urgente.
"Cuando los terroristas utilizan armas para asesinar, el debate público gira hacia el control de armas (sin efectos, debe decirse) -en otras palabras, cómo conseguir que las armas estén fuera del alcance de los que podrían atacar-. Los ataques vehiculares deberían tener una respuesta del mismo tipo: los autos y los camiones deberían ser mantenidos fuera de sitios donde pueden hacer tanto daño", escribió Liss.