
¿Será el fragor de una campaña electoral o de un conflicto gremial subido de tono la gravísima denuncia a viva voz que acaba de hacer contra el PAMI la representante de un centro de jubilados y directiva del gremio de Uthgra marplatense, Mercedes Morro, en diálogo radial reproducido por 0223?: “Dejan morir a los abuelos, con fiebres elevadas, con ataques de presión, no los auxilian en el momento indicado. Esto es una masacre”.
El delegado de Utera, Patricio Becherini, redobla la estocada: “Faltan prestaciones innecesariamente. PAMI está recaudando como nunca: $130 mil millones anuales, 30% más que el balance anterior. No vemos por qué el afiliado tiene que venir acá y no puede llevarse una medicación o no haya servicio de ambulancias. Una persona que está en un geriátrico internado, con 38 de fiebre y 19 de presión, que la ambulancia Vital le diga que eso no es una emergencia...”, ejemplificó en diálogo con 0223 de Mar del Plata.
El macrismo descalifica tales aseveraciones por considerar que contienen una reacción sindical cuando se enteraron que el Ministerio de Modernización marcó a 1.100 trabajadores para que se vayan antes de fin de año, y que entre 2018 y 2019, se completarían 1.900 despidos.
Pero resulta que en la misma dirección, la organización que agrupa a profesionales de la salud del PAMI, APAMIA, enumera que la obra social de los jubilados y pensionados “recorta la cobertura de medicamentos, elimina programas de prevención de enfermedades frecuentes en la 3a edad, reduce drásticamente prestaciones de trasplantes, interrumpe la provisión gratuita de anteojos, restringe la entrega de alimentos a centros de jubilados, modifica el sistema de pago a clínicas y profesionales y paga, con retrasos descomunales, cifras irrisorias por prótesis dentales”.
Quien esté tratando de sacar turnos para un estudio en el PAMI habrá notado a su vez que el servicio llega tarde y mal. Una de las posibles causas: cambiaron la forma de pago de la obra social a los prestadores (clínicas y sanatorios).
“Antes te sobreprestaban para percibir más, porque cobraban por prestación, y ahora te subprestan porque cobran por una cantidad de usuarios fija”, grafica Semino.
En el PAMI reconocen que esto ocurre y dicen que habrá cada vez más auditorías para que mejore la atención. Así, aseguran, podrían achicar unos $ 200 millones más el déficit mensual.
Conflictividad
Un “abuelazo” en San Carlos de Bariloche, revueltas en Resistencia (Chaco) y embates judiciales en Mendoza constituyen los focos más ruidosos de la resistencia gremial en el interior ante las distintas formas en que se viene materializando la orden de la Jefatura de Gabinete de achicar el rojo de la obra social de los jubilados del 4,2% del PBI al 3,2% el año que viene que insume. Serían unos $900 millones mensuales sobre un presupuesto de $ 120 mil millones, el 5to más grande del país, sólo superado por el de la Nación, las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires.
Pero resulta que la tijera no pasa por los $27,6 millones de la masa salarial que se agregaron con “el nombramiento en 6 meses de más de 500 cargos nuevos, generalmente jerárquicos, superponiendo y duplicando la estructura, en los más de los casos con desconocimiento de las normativas y de los sistemas de funcionamiento, con sueldos altos de hasta $160.000 mensuales. Pero luego dirán que con 15 mil empleados sobran para más de 6,7 millones de jubilados”, según reza un comunicado de la Asociación Trabajadores del Estado.
Para achicar su déficit operativo, el PAMI no sólo decidió replantear su contrato con la industria farmacéutica, sino que también abrió una nueva negociación con los prestadores sanatoriales, con los que también tiene una deuda grande.
Representantes de las tres cámaras de la industria farmacéutica -laboratorios Cilfa y Cooperala (ambos nacionales) y Caeme (extranjeros)- se reunieron el jueves 22/06 hasta última hora con el titular del PAMI, Sergio Cassinotti, para delinear las condiciones del acuerdo, que anualmente supera los $ 31.200 millones: como PAMI invierte un tercio de su presupuesto en la compra de remedios, unos $ 3 mil millones por mes se establecerán más controles y protocolos en la venta, con lo que esperan bajar el gasto mensual en $ 300 millones.
Los gremios miran con recelo. Aducen que hoy se gasta más que años anteriores en medicamentos, pero que se restringen las entregas.
“El contrato único con la industria farmacéutica sin verdadero control se lleva 40 % del presupuesto, secreto, monopólico, con un colchón de precios sin control, por parte de PAMI, ni la Secretaría de Comercio ni del Ministerio de Salud Pública (ej Enalapril aumentó 160 %, en 2016). En Publicidad se incrementó 262%. Limpieza y mantenimiento se incrementó 455% dejando de lado pequeñas y medianas empresas pasando a las grandes con costos exorbitantes y resultados pésimos”, afirma el informe sindical.
Como contrapartida, fueron cortadas las prestaciones, los jubilados tienen cada vez menos medicamentos y les ponen más trabas para acceder a ellos, mientras que “la justificación de las autoridades nuevas del instituto es que se está ante un déficit terrible, pero hay que recordar que fue generado por este mismo gobierno, cuando estuvo Regazzoni, cuando se hicieron terribles gastos y desvíos de guita”, arremetió el dirigente.
En el PAMI estiman que se está pagando hoy entre $ 120 millones y $ 150 millones por medicamentos de alta complejidad que sus afiliados ordenan y nunca retiran de las farmacias. Las empresas farmacéuticas habrían aceptado contribuir a reducir este costo.
Las autoridades los caracterizan como remedios que hacían mal o no eran esenciales y restringieron en unos 150 mil usuarios (según datos oficiales) el universo de quienes tenían descuentos al 100% y pasaron a tener que pagar el 20 o el 50% del precio total.
Restricciones
Los jubilados ya atraviesan un período de ajuste por el aumento del precio de los medicamentos, el fin de coberturas y programas que los beneficiaban y el agresivo recorte que sufre el PAMI. A la vez, el 80 % no llega al 40% de la canasta básica.
Un informe elaborado por la Fundación Soberanía Sanitaria especifica las modificaciones recientes que se sumaron a otras que se venían implementando, como la restricción en los tratamientos y coberturas médicas.
Menciona que si se toma como ejemplo el primer nivel ambulatorio, en el módulo de laboratorio de análisis clínicos, de baja y alta complejidad, la tasa de uso es desde 670 prácticas mensuales cada 1.000 afiliados.
“En el modelo anterior a la resolución 395/17, el PAMI abonaba por ese conjunto de prácticas un total de $55.172,89 mensuales. En el sistema actual, instituido por la nueva norma, se establece un valor de $42.554,00 por cada 1.000 afiliados, lo que evidencia un ajuste en perjuicio del prestador del 22,87%”.
"Yendo al detalle, en el módulo de ecografía, el recorte ronda el 25,42% respecto del sistema anterior, que insumía por cada 1.000 afiliados una contraprestación de $8.047,47, contra $6.000 que el PAMI se dispone a pagar en el nuevo modelo. En el módulo de radiología se observa un ajuste del 36,89%”, precisa.
Quien esté tratando de sacar turnos para un estudio en el PAMI habrá notado a su vez que el servicio llega tarde y mal. Una de las posibles causas: cambiaron la forma de pago de la obra social a los prestadores (clínicas y sanatorios), sostiene Jairo Straccia, en Diario Perfil.
“Antes te sobreprestaban para cobrar más, porque cobraban por prestación, y ahora te subprestan porque cobran por una cantidad de usuarios fija”, grafica el defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino.
En el PAMI reconocen que esto ocurre y dicen que habrá cada vez más auditorías para que mejore la atención. Así, aseguran, podrían achicar unos $ 200 millones más el déficit mensual.
"Hay voluntad de la industria nacional de cerrar. Seguramente ya la semana próxima estaremos firmando", anticipó el responsable de un laboratorio de capital nacional.
"La perspectiva hoy es de un cierre de un acuerdo hasta marzo", coincidió, por su parte, el representante de un laboratorio extranjero, que también pidió mantener su nombre bajo reserva.
Sin duda que este PAMI no es el plan de asistencia médica integral que inventó Francisco Manrique para promover su campaña presidencial en el final de la Revolución Argentina. Cabe preguntarse qué capacidad tiene el Estado para innovar en vez de mantener la inercia. Hay varias ideas al respecto pero también algo concreto: reducir el gasto público no es tan importante como reformular el gasto público, dándole más eficiencia a sus fines verdaderos. Ahí es donde no sirven los tecnócratas. Luego, ¿se puede realmente reformular el PAMI o lo mejor es inventar algo diferente desde 0?