
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil fue establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2002. El objetivo de este día es generar conciencia sobre esta grave problemática que se observa en todo el mundo. Por eso, es fundamental que los países cooperen y trabajen para erradicarlo.
El trabajo infantil implica toda actividad económica o estrategia de supervivencia, que sea remunerada o no, realizada por niños y niñas menores de 16 años. La prohibición del trabajo infantil se extiende hasta los 18 años cuando se trata de un trabajo peligroso. Se incluyen hasta actividades ilícitas como el tráfico de drogas y prostitución y, en algunos casos, se los obliga a participar involuntariamente en conflictos armados.
Esta actividad es peligrosa y perjudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño. Además, impide la escolarización porque no le permite al niño concurrir a clase o lo obliga a abandonar la escuela. En otros casos, exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que consume mucho tiempo. El trabajo infantil nace de una necesidad, y los hogares más pobres son los que tienen el mayor número de niños y niñas trabajadores.
Tal como indica la OIT, en las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados en la calle de grandes ciudades.
En la actualidad 263 millones de niños no van al colegio y 168 millones se encuentran en situación de trabajo infantil en todo el mundo. 85 millones de ellos, hacen trabajos peligrosos y 10 millones trabajan en el servicio doméstico en condiciones de esclavitud. Del total, las niñas conforman el 65%. Además, una gran proporción vive en zonas afectadas por conflictos y catástrofes.
La situación en América Latina y el Caribe es preocupante, ya que se encuentra entre las regiones que presentan las cifras más altas de trabajo infantil, con 13 millones de niños. En 1er lugar se ubica la región de Asia-Pacífico, con 78 millones de niños, lo sigue África subsahariana, con 59 millones de niños, y en 4to lugar Oriente Próximo y el norte de África, con 9,2 millones.
En la región de América Latina y el Caribe , el sector de la agricultura (la pesca, la silvicultura, la ganadería y la acuicultura, fuera de la agricultura de subsistencia y comercial), es el sector en que los adolescentes que trabajan tienen más probabilidades de realizar trabajos peligrosos, según indicó el Informe mundial de 2015 sobre el trabajo infantil de la OIT.
El tema elegido para este 2017 es 'En conflictos y catástrofes, protejamos a los niños del trabajo infantil'. Los conflictos y catástrofes impactan en la vida de las personas y los llevan a la pobreza y el hambre. Como consecuencia, los niños suelen ser las 1ras víctimas de estas situaciones y millones de ellos se encuentran en situación de trabajo infantil como resultado.
Las industrias que más emplean mano de obra infatil son: la extracción de oro, el cultivo de algodón, el cultivo de caña de azúcar, la fabricación de ladrillos y el cultivo de café.
El trabajo infantil prohibido en el derecho internacional está comprendido en 3 categorías:
1-Las peores formas de trabajo infantil, esclavitud, trata de personas, servidumbre por deudas y otras formas de trabajo forzoso, reclutamiento forzoso de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución y pornografía, y otras actividades ilícitas.
2-Un trabajo realizado por un niño que no alcanza la edad mínima especificada para ese tipo de trabajo, y que, por consiguiente, impide su educación y pleno desarrollo.
3-Un trabajo que pone en peligro el bienestar físico, mental o moral del niño, por su propia naturaleza o por las condiciones en que se realiza, y que se denomina trabajo peligroso.
El Fondo para la Infancia de Naciones Unidas (Unicef) indica que hay más de 150 millones de niños que trabajan en todo el mundo y el Barómetro de la Deuda Social señala que en Argentina hay más de un millón de niños, niñas y adolescentes de entre 5 y 17 años que trabajan.
Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) para 2030, uno de los puntos del Nº8 hace referencia a la importancia de tomar medidas para erradicar el trabajo forzoso, terminar con las formas modernas de esclavitud y la trata de personas, y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil. El objetivo es, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
La situación en Argentina también es grave y el mayor índice de trabajo infantil en el país se presenta en el interior, en zonas como Chaco, Salta y Misiones, donde los niños viven en zonas donde la educación no llega y están más propensos a trabajar. La ley 26.390, sancionada en 2008, prohibe el trabajo infantil y protege al trabajo adolescente.